Hoy
Gracias
A todos nuestros clientes, por su confianza, así como a nuestros empleados, que dan vida a Heinrich Schmid día a día, que son el origen de nuestro éxito conjunto y sin los cuales no existiría nuestra historia. Nuestros valores seguirán presentes en el futuro de nuestra empresa.
2011
La cuarta generación
Carl-Heiner Schmid traspasa sus acciones a sus hijos, Heinrich, Max y Carlo. Los tres han realizado su formación y han obtenido su certificado de profesionalidad dentro del grupo empresarial. Heinrich como pintor, Max como constructor de obra seca y Carlo como yesero. Además, los tres han cursado estudios para dominar tanto la teoría como la práctica.
2000
No solo pintores
Descendemos de una estirpe de pintores, pero salta a la vista que podemos ofrecer a nuestros clientes un importante valor añadido con la incorporación de otros gremios relacionados con las reformas. Nuestra oferta incluye ya más de 16 servicios, como obra seca, obra integral, protección contra incendios, sistemas compuestos de aislamiento térmico y otros muchos.
1988
Academia de liderazgo
Abre sus puertas la academia de liderazgo de Heinrich Schmid. Una institución para la formación y el aprendizaje sistemáticos que tiene como objetivo ofrecer a los empleados comerciales e industriales una formación continua específica, sólida y coherente. Ese compromiso sigue vigente hoy en día.
1984
El fin de una era
Heinrich Schmid muere a la edad de 73 años en Metzingen. La dirección de la empresa pasa a manos de Carl-Heiner Schmid.
Desde 1974
Una vida mirando hacia delante
Para Carl-Heiner-Schmid, las personas son lo más importante. Su objetivo es que se entusiasmen con su oficio y ofrecerles perspectivas. Es cofundador de la especialidad en oficios manuales de la Academia de Formación Profesional de Stuttgart (Berufsakademie Stuttgart), que en la actualidad forma parte de la oferta de estudios. Además, pone en marcha las denominadas «obras de aprendices» para enseñar lo antes posible a los estudiantes a gestionar la responsabilidad.
Desde 1968
La tercera generación
Tras los estudios y la formación como pintor, Carl-Heiner Schmid entra a formar parte de la dirección de la empresa. «La empresa en la cabeza, el oficio en el corazón»; y así hasta hoy. A estas alturas, su padre ya ha convertido su pequeño negocio de pintura en una empresa con más de 200 trabajadores. Carl-Heiner Schmid contribuye al crecimiento de la empresa tanto en Alemania como en el extranjero con nuevos sistemas, estructuras claras y la incorporación de gremios relacionados.
Desde 1949
Nuevo comienzo en el hogar
Tras su regreso, Heinrich funda su propia empresa: los talleres de pintura Heinrich Schmid en la calle Lederstraße de Reutlingen. Como vehículo de empresa adquiere en una subasta un Jeep desechado por el ejército. Reina la euforia y la empresa crece. Entre otras cosas, se suma un nuevo trabajador: durante las vacaciones escolares, Carl-Heiner Schmid se dedica a formarse y a acumular experiencia en obras de construcción.
1939 - 1947
La Segunda Guerra Mundial
Carl-Heiner Schmid nace el 27 de junio de 1941. Su padre, Heinrich Wilhelm Schmid, se encuentra en ese momento en la guerra, donde finalmente cae prisionero de las tropas estadounidenses. Durante su cautiverio pone en marcha una escuela de arte para sus compañeros de prisión en el campo de prisioneros de guerra Fort Leonard Wood, en el estado de Missouri. El comandante estadounidense le da su autorización para ello después de que pintara un retrato de su hija.
1924 - 1939
Años de aprendizaje
La empresa la forman un maestro y un oficial. A ellos se suma un aprendiz: Heinrich comienza su formación con su padre. Siguen años de trabajo en la región de Metzingen y de aprendizaje itinerante en Suiza y Francia que forjan su carácter. Tiene sensibilidad artística y talento. En 1939 consigue entrar en la Academia de Bellas Artes con un retrato de su abuelo. Al mismo tiempo obtiene su certificado de profesionalidad.
1910 - 1914
Así empezó todo
El 17 de marzo de 1914, Heinrich Johann Schmid abre en Metzingen un negocio de pintura. Es muy probable que las dos generaciones anteriores ya se dedicaran a la pintura, y que aprendiera de ellas el oficio de pintor. Un año después de fundar la empresa llega al mundo su hijo, Heinrich Wilhelm Schmid. Tras volver de la guerra, el padre obtiene el certificado de profesionalidad en Reutlingen.